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GUÍA DE VIAJE: VIENA EN 3 DÍAS – parte III

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Buenos días chicas!
Hoy os voy a hablar del que fue uno de nuestros días mas intensos durante nuestra visita a Viena. Conocimos un montón de sitios bastante chulos y nos lo pasamos genial. Después de éste sólo me quedará un post por enseñaros, en el que os hablaré sobre mis impresiones finales, mis calles favoritas, las mejores pastelerías (para mi gusto), y os enseñaré un look que me encanta! Pero eso será en unos días.
Vamos con nuestro sabado en Viena! Comenzamos con un desayuno buenísimo en La Mercerie (os hablaré bien de esto en el siguiente post), y una vez habíamos cogido fuerzas nos dirigimos al Danubio. Teníamos ganas de conocerlo, pasear algo por su orilla y si era posible, coger un barquito. Os contaré que el Danubio no es tan azul como dice la canción en Viena, y que para ser del todo sinceros el paseo que lo bordea no es nada espectacular. Tampoco hay demasiada oferta (ni demanda) turística en lo que a paseos en barco por el río se refiere. Sí que hay mini cruceros de día completo, o de tres días, en los que se sale de la ciudad de Viena y se va hasta ciudades vecinas por zonas en las que el Danubio sí que debe ser bastante azul!
Una vez concluida nuestra aventura pusimos rumbo a la zona de Karlsplatz, para mí una de las más bonitas de Viena. Está rodeada por muchísimos edificios preciosos, todos enclavados en una especie de parquecito. Delante de la iglesia Kalrskirche (está en las fotos) hay una especie de laguna redonda. La mala noticia es que en esta época del año no tiene agua, pero me la imagino en primavera, llena de agua y con todos los árbolos floridos, y tiene que ser un auténtico espectáculo!
A estas alturas ya era casi la hora de comer, y nos fuimos a uno de los Rooftops más bonitos de Viena. Está situado en la azotea del hotel Lamée y las vistas de la ciudad son únicas. Lo peor de todo es que el clima no nos acompañó demasiado, hacía bastante frío y viento, pero como tienen la terraza preparada con mantas, cojines y calefactores lo cierto es que pudimos disfrutar de unas bebidas y algunos snacks. Yo me decidí a tomar una bebida típica de Viena, una mezcla entre zumo, té y miel calentita que a parte de estar muy buena me vino genial para entrar en temperatura!
Retomamos nuestro camino, esta vez para conocer el Palacio de Hofburg. No estuvimos en las estancias, pues como os comentaba al principio a veces tienes que optar entre determinadas atracciones porque el tiempo no da de sí todo lo que nos gustaría. De todas formas me quedo con su fachada impresionante. Os diré que volvimos a pasar por delante cuando ya había caído la noche, cuando no había practicamente gente en las calles y resulta bastante impresionante, para mi gusto hasta un poco siniestro, porque es una edificación muy señorial que está enclavada en medio de la ciudad y te la encuentras un poco como de repente, sin duda merece la pena verlo.
Después de pasear por algunas zonas contiguas cogimos un Uber que nos llevó hasta Preter, el parque de atracciones de la ciudad. En esta época del año, por desgracia, también estaba cerrado, y sólo había abiertas unas pocas atracciones (tampoco es un parque muy grande). Lo más importante es que en él está ubicada la famosa noria de Viena, y nos subimos para ver el anochecer. Y aquí van una curiosidad y mi opinión: como dato os diré que dentro de la noria existen cabinas acondicionadas para cenar, tu reservas una cabina y te pasas la velada girando mientras cenas (no tengo ni idea del precio), y mi opinión es que no tengo demasiado claro si me compensó subir a la noria. Cada ticket de adulto cuesta 10 euros, y como Viena (por si no lo había dicho antes) no es una ciudad que destaque por su iluminación nocturna, tampoco me resultó muy impresionante. Además la noria está algo alejada de la ciudad, al otro lado del río, entonces la panorámica no es por ejemplo como la que teníamos desde el Lamée rooftop, para mi gusto me quedo con esta última.
Antes de ir a cenar, disfruté de un rato de patinaje sobre hielo en la Rathausplatz. Ésta, como excepción, sí que esta muy iluminada y me pareció precioso. Será sin duda otro de mis grandes recuerdos de este viaje, poder patinar en esa bonita pista de hielo (wiener Eistraum) con el impresionante ayuntamiento de la ciudad a mis espaldas.
Acabamos nuestro día con una cena típica vienesa en un restaurante llamado Lugeck. La verdad es que nos encantó, yo tomé un Schnitzel, lo que para nosotros sería como un escalope, es un plato tradicional de la cocina de allí que me pareció muy rico.
Y hasta aquí nuestra aventura! Nos vemos en el siguiente post sobre Viena con mis recomendaciones más dulces! Abajo os dejo todas las prendas etiquetadas.
Espero que os haya gustado! Muchos besos!!
@CCPetiteRobe
Good morning girls!
Today I’m going to talk about what was one of our most intense days during our visit to Vienna. We met a lot of pretty cool places and had a great time. After
this I will only have one post to show you, in which I will talk about
my final impressions, my favorite streets, the best bakeries (for my
taste), and I will show you a look that I love!
But that will be in a few days.
We’re going with our Saturday in Vienna! We
start with a great breakfast at La Mercerie (I’ll talk about this well
in the next post), and once we had our strength we went to the Danube.
We wanted to meet it, walk along its shore and if possible, take a boat. I’ll
tell you that the Danube is not as blue as the song says in Vienna, and
that to be completely honest the walk that borders it is nothing
spectacular.
Nor is there much tourism (or demand) for boat trips on the river. Yes there are mini full day cruises, or three days, in which you leave
the city of Vienna and go to neighboring cities for areas in which the
Danube itself must be pretty blue!
Once we finished our adventure we headed to the area of ​​Karlsplatz, for me one of the most beautiful in Vienna. It’s surrounded by many beautiful buildings, all nestled in a kind of park. In front of the Kalrskirche church (it is in the photos) there is a kind of round lagoon. The bad news is that at this time of year it doesn’t have water, but I
imagine it in spring, full of water and with all the flowering trees,
and it has to be a real show!
By now it was almost lunchtime, and we went to one of the nicest Rooftops in Vienna. It’s located on the roof of the Hotel Lamée and the views of the city are unique. The
worst of all is that the weather didn’t accompany us too much, it was
quite cold and windy, but as they have the terrace prepared with
blankets, cushions and heaters the truth is that we could enjoy some
drinks and some snacks.
I decided to have a typical Viennese drink, a mixture of juice, tea
and warm honey that apart from being very good, it was great for me to
get into temperature!
We return to our path, this time to see the Hofburg Palace. We
were not in the rooms, because as I said at the beginning sometimes you
have to choose between certain attractions because time doesn’t give
us everything we would like.
Anyway, I’ll take your impressive facade. I
will tell you that we passed again when the night had fallen, when
there were practically no people in the streets, and it’s quite
impressive, for my taste even a bit sinister, because it is a very noble
building that is located in the middle of the
city ​​and you find it a little bit like suddenly, it’s definitely worth seeing.
After walking through some contiguous areas we took an Uber that took us to Preter, the amusement park of the city. At
this time of year, unfortunately, it was also closed, and there were
only a few attractions open (it ins’t a very large park either).
The most important thing is that the famous Ferris wheel of Vienna is located on it, and we went up to see the evening. And
here is a curiosity and my opinion:  inside the
Ferris wheel there are cabins equipped for dinner, you book your cabin
and you spend the evening spinning while having dinner (I have no idea
of ​​the price), and my opinion is that
I’m not sure if it made me up to the Ferris wheel. Each
adult ticket costs 10 euros, and as Vienna (in case I had not said
before) is not a city that stands out for its night lighting, it wasn’t
very impressive either.
In addition, the Ferris wheel is somewhat away from the city, on the
other side of the river, so the panoramic is not for example like the
one we had from the Lamée rooftop, for my taste I prefer the latter.
Before going to dinner, I enjoyed some ice skating on the Rathausplatz. This, as an exception, it’s very bright and I thought it was beautiful. It will undoubtedly be another of my great memories of this trip,
being able to skate on that beautiful ice rink (wiener Eistraum) with
the impressive city hall behind me.
We ended our day with a typical Viennese dinner at a restaurant called Lugeck. The truth is that we loved it, I had a Schnitzel, which for us would
be like a schnitzel, it’s a traditional dish of the kitchen there that I
found very rich.
And here our adventure! See you in the next post about Vienna with my sweetest recommendations! Below I leave all the clothes labeled.

I hope you liked it! Lots of kisses!!


@CCPetiteRobe

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Jersey/Sweater: Zara now on sales
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Gorrito/Hat: Tipi Tent